2007/12/23

Critica a la razón neuropsicológica

“Critica a la razón neuropsicológica:

Una disgresión sobre las razones localizacionistas y holista y su influencia en la neuropsicología clínica moderna”[1]

La neuro psicología moderna es una ciencia asentada y con un campo de estudio que le es propio. Como rama de las neurociencias y de la psicología ha hecho importantes aportes al entendimiento de las estructuras neurales y su relación con el funcionamiento cognitivo.

Precisamente alrededor de este punto, el del manejo y el entendimiento que se le da, a las relaciones entre las estructuras neurales y sus correlatos psico-cognitivos es que gira el tema de discusión del presente escrito.


I

El rastreo de las posturas localizacionisa y holista se remonta hasta el siglo XIX cuando los primeros descubrimientos acerca de las lesiones y sus correlaciones clínico anatómicas, cambiaban la forma de entender y estudiar el cerebro.

En un primer momento podemos atribuirle a Gall y su modelo frenológico, la primera intención de dividir y localizar a manera de mapa, funciones y cualidades humanas a la corteza cerebral. Puede que su modelo no resistiese un debate científico como tal, y que las funciones y la localización de las mismas se considere como arbitraria y pre-científica, pero lo que si es cierto es que en cierta medida Gall ha fundado un precedente en la forma de entender el cerebro que perdura hasta nuestros días

Un refuerzo importantísimo a esta naciente postura, sucede en 1861 con la presentación ante la sociedad antropológica de París del paciente “tan tan” por parte paúl broca. El correlacionaba la lesión en la tercera circunvolución frontal del hemisferio izquierdo del cerebro con la incapacidad para producir el lenguaje hablado como tal.

Otro gran avance en esta postura localizacionista de la actividad cognoscitiva proviene también del estudio del lenguaje. Y fue por parte de Karl Wernicke, quien durante la presentación de su tesis doctoral propuso la existencia de dos tipos de afasias, motriz y sensorial, la cuales eran separables clínicamente y además contaban con un correlato anatómico definido. Tiempo después Wernicke postularía otro tipo de síndrome asociado con el lenguaje denominado afasia de conducción, además elaboraría diagramas de localizaciones específicas con relación a áreas del cerebro asociadas con el lenguaje.

A partir de aquí se generaría todo un Boom localizacionista de búsqueda de correlaciones anatómicas de áreas relacionadas con diferentes funciones, a partir de correlaciones entre defectos específicos y exámenes postmortem.

Este boom alcanzaría su punto culminante con la división del còrtex en 52 áreas especificas hecha por Brodman en 1909 con datos recopilados sobre estudios hechos en monos superiores y en el hombre. Este mapa ha sido de gran utilidad en el estudio de la neuroanatomía y persiste hasta nuestros días tanto en la forma de entender la corteza cerebral como en el estudio de la lesión.

Este seria pues el nacimiento formal de la postura localizacionista, la cual supone, que áreas específicas del cerebro cumplen funciones esenciales y sobre todo particulares de la actividad cognitiva y psicológica.

Contraria a esta posición aparece por parte de otros investigadores (Hughlings y Jackson) otro punto de vista de interpretar y abordar las correlaciones clínico-anatómicas. Este nuevo punto de vista parte de una interpretación más dinámica y global del cerebro. Básicamente este punto de vista crítica la visón estática del cerebro y su correlación directa con los procesos psico-cognitivos; la opinión de Jackson primordialmente aseveraba que la localización de una lesión en un lugar particular no lleva consigo la perdida de una función, de tal forma que no podía relacionarse directamente una lesión y una función. Según Jackson los complejos procesos del cerebro ponen en movimiento múltiples centros cerebrales, de tal forma que una lesión cortical básicamente desorganizaría la secuencia ordenada de estos procesos antes que destruir una función especifica. Idea bastante interesante que retomare mas adelante. Es decir, según esto el aparente déficit del paciente con lesión estaría dado como resultado de los cambios a nivel global del cerebro.

La opinión de Jackson no fue bien recibida durante mucho tiempo. En términos generales se consideraba este punto de vista como espiritualista y animista contrario a un pensamiento científico. De tal forma ni siquiera fue tenido en cuenta quizás hasta la polémica presentación de de Pierre Marie en 1906 titulada “La tercera circunvolución frontal no desempeña ningún papel especiales las funciones del lenguaje” la cual entro a atizar el debate entre la función, lesión y localización.

Este debate no solamente estaría dado a nivel de la corteza sino también a un nivel celular. Ya que al momento de explicar las conexiones y la forma de funcionamiento de la recién descubierta neurona también hubo una división de opiniones bastante parecida a la de los localizacionista y holistas. En esta discusión se encontraban dos polos, los reticularistas, quienes defendían que las células nerviosas tienden a formar una red continua; es decir una posición de funcionamiento global, que encuentra cierto parecido con la postura holista. Mientras por otra parte estaban los neuronistas quienes señalaban a las neuronas como unidades independientes en contra a la idea de continuidad de unas con otras, propuesta por Golgi.

II

El debate entre localizacionismo y holismo no fue en cierta medida digamos “resuelto” sino que quizá por razones históricas la postura localizacionista alcanzo una mayor aceptación sin querer decir por esto que la postura holista estuviera equivocada o que no hubiese hecho aportes a la hora de entender el funcionamiento cerebral. Digo Razones históricas ya que si analizamos la discusión desde un marco global vemos que la ciencia durante el siglo XIX y comienzos del XX se encontraba en un todo un frenesí de ciencia positivista. La teoría sobre el origen de las especies acababa de publicarse, y la física newtoniana estaba completamente asentada, las matemáticas habían alcanzado un desarrollo asombroso y en cierta medida podría decirse a partir de esto que la ciencia en ese momento parecía tener la potestad de explicarlo todo; de manera tal que cualquier tipo de interpretación como la holista la cual dejara un manto de duda o interpretación sobre el fenómeno en cuestión era desechada por ser considerada animista, espiritualista o incluso metafísica. Quizás por esto el debate no resurgió hasta 1906 año de la presentación de Pierre Marie y curiosamente momento histórico en el cual comienzan a publicarse nuevos descubrimientos en física como la teoría de la relatividad especial de Einstein, así como las formulaciones respecto al átomo y la naturaleza no constante de la materia, cuyas consecuencias cambiarían la forma de entender y practicar la ciencia.

Ahora bien, creo que ha llegado la hora de discutir las posturas e implicaciones en la neuropsicología moderna de cada una de las posturas rastreada hasta el momento.

Por una parte hoy en día es clara la influencia localizacionista en la forma de entender y comprender la función cerebral, pese a la tendencia “integracionista” a la cual parecemos apegarnos todos hoy en día, o al menos lo hacemos cuando conviene. Aun así, podemos llamar a la postura localizacionista moderna como en extremo positivista, reduccionista y que puede en cierta medida sesgar la interpretación o la comprensión de los funcionamientos cerebrales, ya que es claro que el modelo que manejamos hoy en día por lo menos desde la academia es de esta índole. Por un lado explicamos gran parte de los procesos cerebrales como la percepción a partir de “secuencias” donde un estimulo pasa por diferentes centros y vías antes de se integrado y procesado. Así mismo, aun seguimos aprendiendo los mapas de Brodman, en nuestros cursos de neuroanatomía y seguimos viendo un modelo para el estudio de la lesión donde parece que estas fuesen hechas con una precisión casi quirúrgica.

Pero quiere esto decir que me fíe yo por una postura holista? Desde luego que no. Si bien la postura holista brinda un modo de ver y entender el funcionamiento neural desde una perspectiva más amplia y congruente con la forma como suceden las lesiones en el mundo real, tampoco cuenta con una evidencia acertada respecto al funcionamiento cerebral. Ya que si bien las neuronas se interconectan entre si las conexiones en el cerebro no se producen, por decirlo así, de todo con todo. De donde, según esta posición, los procesos psico-cognitivos surgen de esta conectividad (no me preguntéis como) de maneras que son casi imposibles de fijar por la neuro anatomía.

A este nivel podemos seguir las consideraciones hechas por Antonio Damasio[2] donde se ilustra los procesos de conectividad neuronal y se calcula que una neurona por promedio establece alrededor de 1000 sinapsis, aunque cuenta con una capacidad para establecer más menos 5 mil o 6 mil y si comparamos esto con el numero total de sinapsis de alrededor 10 billones nos damos cuenta que una neurona no participa en si de muchas conexiones. De tal forma que si tomamos un par de neuronas de manera aleatoria nos damos cuenta que una neurona se comunica solo con unas pocas a su alrededor pero nunca con todas las demás, ni siquiera con muchas. Además la mayoría de las neuronas no se comunican con células que estén demasiado alejadas sino por lo general en con otras en pequeños circuitos locales. Según esto:

“…1) lo que hagan las neuronas dependen del conjunto inmediato de las neuronas a las que pertenecen; 2) lo que hagan los sistemas dependen de la manera en que los conjuntos influyen sobre otros conjuntos en una arquitectura de conjunto interconectados; 3) la manera en que cada conjunto contribuya a la función del sistema al que pertenece depende de su lugar en dicho sistema…”[3]

Podemos denotar en la postura de Damasio cierto tono localizacionista pero supongo que su razonamiento esta sustentado por evidencia neuroanatómica veraz. Pero, por otra parte, pese a esto su postura maneja cierto nivel de integración de ambas posturas, lo cual era fin de este ensayo al pretender re-evaluar el radicalismo que suponen ambas. Pero, volviendo a Damasio podemos inferir en su postura cierto nivel de localización neural determinada dentro de los conjuntos neuronales específicos los cuales podríamos relacionar con una función particular. Pero por otra parte vemos también un nivel de análisis más global y holistico en términos funcionales. Ya que según esto encontramos “conjuntos” neuronales específicos que a su vez se relacionan con otros conjuntos neurales específicos en una arquitectura interconectada. Es decir, habría una función ordenada y global, es decir la actividad psico-cognitiva no seria necesariamente producto de la suma de sus partes sino de la integración de estas partes en todo. Un poco como la analogía del funcionamiento cerebral como una orquesta donde cada músico con su instrumento crea diferentes tonos y melodías para conformar una única sinfonía global.

Una clara ejemplificación de esto es analizar ciertos caso famosos de lesiones donde el funcionamiento global de los pacientes se parece en extremo a las descripciones hechas por Jackson el siglo XIX. Por ejemplo, podemos retomar antes de finalizar, brevemente, el caso de Elliot. En un punto general el déficit de elliot parecía encontrarse en los estadios finales del razonamiento, en relación con una lesión a nivel de la corteza prefrontal orbital y ventral. El funcionamiento de Elliot aunque aparentemente normal suponía una falla a nivel de una secuencia general tal como Jackson lo suponía. Es decir en Elliot vemos como lo describía Jackson, una aparente desorganización de los procesos, a nivel de integración de sus razones y sentimientos lo cual impedía que Elliot fuese capaz de tomar una decisión de una manera efectiva.

En conclusión es clara la influencia de estas posturas en la forma de comprender e interpretar los avances en cuanto al estudio de las relaciones psico-cognitivas y las estructuras neurales. De tal forma es importante recalcar, que tanto el localizacionismo como el holismo son solo posturas, modelos, que en cierta medida intentan facilitarnos la comprensión de los complejos procesos neurales. En últimas la neuropsicología debe tratarse más de explicar como los sistemas neurales y como sus componentes se relacionan con determinadas funciones cognitivas. La neuropsicología no trata, o por lo menos no debería, tratar de ubicar de específicamente la localización cerebral de una función o un síndrome.

Bibliografía

-J. P Changueux El hombre neuronal Espasa-Calpe, Madrid, (1986)pg 15-50

-A. Ardila Neuro psicología clínica Ariel neurociencia, () pg 21-35

- A Damasio el error de descartes critica Barcelona (1999) pg 37-43

-A Comte, L. Ferry la sabiduría de los modernos ediciones península, Barcelona (1999) pag: 85-143



[1] Por Juan Felipe Martínez

Grupo de investigación Mentis en filosofía de la mente y ciencias cognitivas e Instituto de PsicologíaUniversidad del Valle (Cali-Colombia)

[2] A Damasio el error de descartes critica Barcelona (1999) pg 37-43

[3] Damasio (1999) pag 43

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