2009/02/10

Carta a Popeye

Señor Popeye:

Estaré muy agradecido si lee usted esta carta. En las siguientes líneas le manifestare el gran enojo por el fraude que se esta cometiendo, porque lo de las espinacas es la mentira mas grande del mundo, y muchos niños como yo hemos caído en esa trampa. En mi caso me di cuenta de esa trampa de una manera muy triste.

Había seguido su vida paso a paso, logro tras logro y siempre usted manifestaba que esto se debía a las espinacas. Bueno, hasta aquí todo va muy bien; pero, cuando dijo que su fuerza también se debía a esas espinacas sentí gran pasión por esas cosas verdes.

Cuando pequeño, vivía en un barrio lleno de niños grandes (y no debido a su edad sino mas bien por su desarrollo físico) es decir, niños de mi misma edad que eran más altos , mas fuertes, y quien sabe si mas sanos.
Por timidez, nunca fui capaz de preguntarles a esos niños que hacían para ser así; por lo tanto me toco investigar por mi propia cuenta. Puesto que todos vivíamos en el mismo barrio y condiciones sociales, pensé que esto no influía en nada; mi primer pista vino cuando conocí a un amigo que era muy flaco y pequeño. Entonces, decidí pregúntale a mi madre el porque de ese niño. Ella me dijo que estaba así a causa de su mala alimentación; con esto y enterándome de su existencia e historia, concluí que estos niños lo conocían a usted desde hace ya mucho tiempo atrás; sí, ellos habían tomado ventaja, y por eso eran así, grandes fuertes y sanos y todo lo demás.

Así que decidí comer espinacas. Pero había un problema a mi no me gustaban. Y como yo comía otros vegetales, mi madre no me obligo a comer espinacas. En un principio estuve furioso, pero luego decidí aprovechar el tiempo y empecé a comer espinacas.

Conociendo su historia, pensé que cuando comiera la primera cantidad de espinacas mi cuerpo cambiaria; pero, en realidad no paso nada nuevo. No me eche atrás porque pensé que usted señor Popeye debió pasar por un proceso largo y tedioso. Decidí entonces reunir esfuerzos y comer espinacas casi todos los días. Paso el tiempo y nada pasaba. Para alentarme, me decía a mi mismo que en realidad lo que pasaba era que no me había dado cuenta de que si era mas fuerte , así que decidí averiguarlo.

La forma como me di cuenta es algo que prefiero olvidar, solo que se que fue una tarde y con unos amigos, luego llegue a mi casa un poco moreteado.

Como me empezaba a dar cuenta de su fraude, y como el único cambio real registrado por las espinacas fue un moretón muy grande, decidí concluir; en primer lugar, no volverlas a comer y en segundo pregonar a los cuatro vientos el fraude que se estaba cometiendo. Ah, se me olvidaba! También concluí que usted, señor Popeye, es muy fuerte porque nació con esa fuerza superior, como también que en realidad usted no es ningún marinero y que su oficio original es el de agricultor de espinacas; y que, de pronto como su negocio no marchaba bien usted se decidió a inventar toda esta maraña de mentiras.

Ahora, espero que sea usted honesto y confiese su falta al mundo entero.

Se despide de usted un admirador frustrado.