2008/03/27



A Proposito de Oliver Sack y el antropologo en Marte

Oliver Sacks catedrático de neurología clínica en la facultad de medicina del Albert Einstein College de Nueva York. Nos presenta Un antropólogo en Marte, un texto donde se exponen diferentes casos clínicos bastante particulares. Con una narrativa pausada y un estilo literario aparentemente informal en la que se introducen conceptos y explicaciones científicas de una variedad de condiciones neurológicas de una manera clara y precisa.

Esta obra se caracteriza por un estilo narrativo en primera persona de los casos construidos a partir de la relación con sus pacientes, en donde intenta acercase a una comprensión de distintas disfunciones neurológicas de una manera más personal, mas centrada en la experiencia, en el sujeto detrás del síndrome y en como una aparente desventaja puede ser a la vez la puerta para explotar diferentes habilidades.

La obra de Sacks pretende acercarse a la flexibilidad, la resistencia, y la incertidumbre, esa especie de aventura y el riesgo que están en el interior del sistema nervioso humano, tanto la discapacidad como el talento y la adaptación, que forman parte de la naturaleza de la vida.


Prodigios

El autismo es quizá uno de los síndromes neurológicos y psicológicos que más asombro ha causado en los últimos tiempos desde que fuese caracterizado a principios del siglo XX por Leo Kanner y Hans Asperger. El asombro que causa el autismo no proviene solamente de las terribles deficiencias que puede ocasionar en la vida social y emocional de un sujeto sino además, por los talentos excepcionales que pueden desarrollar aquellos que lo padecen, talentos que a través de la historia les dio el epitome de idiots savants.

Oliver Sacks ingresa en esta obra al mundo del autismo a través de Stephen Wiltshire un joven ingles quien desde una temprana edad mostró deficiencias en su desarrollo personal y social que hicieron que se le diagnosticara autismo pero que a la vez desarrollo habilidades viso-espaciales que lo convirtieron en un prodigioso artista.

El desarrollo temprano de Stephen fue algo traumático. Desde muy temprana edad mostró indicios de que algo no andaba bien. Su desarrollo motor fue muy lento en comparación con los demás niños, y a medida que fue creciendo los problemas se hicieron mas evidentes Stephen no jugaba con otros niños y por lo general tendía a permanecer aislado en un rincón, tampoco establecía contacto visual ni con sus padres ni con nadie, y quizá lo mas importante no desarrollo el lenguaje hasta bien entrado en su infancia, y solo llego a hacerlo con fines utilitaristas. Pero, conforme Stephen comenzó a relacionarse con los objetos encontró un medio por el cual desarrollo un particular interés. Stephen comenzó a dibujar, y reproducir a través de lápiz y papel los elementos de su contexto. Aunque en un principio Stephen dibujaba casi todo lo que veía, muy pronto empezó a enfocar su producción hacia los edificios sin que esto tuviese un significado aparente, llegando a mostrar tal nivel de detalle y calidad en sus reproducciones que mas adelante en su vida le valieron para hacerse notar como un importante dibujante a nivel global llegando incluso a exponer sus obras fuera de su natal Gran Bretaña.

Stephen llego también a mostrar habilidades no solo a nivel visual, le resultaba bastante bien la imitación en general, tenia una gran memoria para la música y podía reproducir piezas musicales con gran perfección; en tal medida desde una temprana edad mostró una capacidad para retener y reproducir estructuras visuales, auditivas, motoras y verbales complejas sin llegar aparentemente a importarle su contenido o sentido.

El caso de Stephen es una parábola excelente que nos permite reflexionar sobre la naturaleza de la inteligencia, su desarrollo, y sus formas de expresión “es posible que Stephen sea limitado, raro, extravagante, autista; pero posee el don de representar el mundo e investigarlo de un modo especial, de hacer algo que poco de nosotros hacemos”[1]

Un antropólogo en Marte


Siguiendo en la línea del autismo Sacks nos presenta a Temple Grandin, un excepcional caso de autismo que pone de manifiesto las cualidades más increíbles de flexibilidad y adaptación humanas. Temple Grandin es quizá una de las autistas mas sobresalientes dada su condición, es licenciada en zoología, imparte clases en la Colorado State University y lleva su propio negocio. Temple no solamente sobresale por su gran independencia y aparente capacidad de adaptarse y sostener una vida normal, sino que además ha publicado una serie de artículos de una gran calidad técnica y filosófica acerca del autismo que le han valido un lugar en el campo de investigación no solamente como paciente sino también como co-investigadora de este extraño síndrome.

Al igual que Stephen, Temple desde una temprana edad presento ciertas características poco usuales en su desarrollo, a los seis meses comenzó a ponerse rígida en los brazos de su madre y a los diez solía arañar las paredes <> En igual medida mostró un lento desarrollo motor y lingüístico además de un desarrollo social casi nulo lo que le hizo permanecer parte de su primera infancia en una institución especializada. Pero a pesar de todo, y al igual que muchos autistas Temple desarrollo una gran capacidad de concentración que le permitió ir entreviendo regularidades en los objetos y su contexto en general lo que le permitió ir dando orden al aparente caos de su vida. Temple pudo llegar a la universidad y desenvolverse con aparente facilidad en el contexto de la vida urbana occidental pero según ella misma, a pesar de que llego a ser capaz de comprender las emociones básicas en los demás, siempre le confundían los intrincados motivos y sentimientos complejos de las interacciones humanas “casi siempre, me siento, como un antropólogo en Marte”[2] Lo cual durante su estancia en la universidad le hizo blanco de todo tipo de abusos y bromas por parte de sus compañeros y le llevo al aislamiento y una vida célibe centrada únicamente en el trabajo y la vida académica, y en este sentido Temple podría definirse como una triunfadora ya que ha sido capaz de llegar a poseer su propia hacienda y una respetable carrera como zoóloga y asesora científica a pesar de ser incapaz de llegar a otras interacciones humanas.

Temple Ha llegado a adaptarse a la vida social humana gracias a un complicado e intricado sistema de reconocimiento de signos en los demás que ella misma se ha desarrollado, lo cual le ha llevado a inferir los estados y presuposiciones en las interacciones con un otro, pero pese a la aparente funcionalidad de su método esto solo le permite relacionarse superficialmente ya que para ella el contenido y sentido profundo de estas interacciones carecen de todo significado. Temple es un valioso ejemplo del mecanismo de supervivencia del cerebro y el ser, de la persona que se adapta y encuentra otras maneras de desarrollarse y hacer las cosas.



[1] O. Sacks un Antropólogo en Marte Ed: or (1995) editorial anagrama, Barcelona (2001) pg 299

[2] O. Sacks un Antropólogo en Marte Ed: or (1995) editorial anagrama, Barcelona (2001) pg 318

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